Nota
Contrario a lo que hemos pensado por muchos años, la depresión es un padecimiento que va más allá de un “sentirme triste”, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, sobre todo a las mujeres y jóvenes desde los 15 hasta los 29 años, siendo la causa de la muerte de 800 mil personas cada año.
En el ensayo “Depresión: estado de conocimiento y la necesidad de políticas públicas y planes de acción en México” el problema de la depresión ocupa el primer lugar en discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres siendo el resultado final de una alta co-ocurrencia con trastornos como la ansiedad, el uso de sustancias, enfermedades crónico degenerativas y enfermedades cardiacas “ las personas con depresión pierden hasta 2.7 más días de trabajo que aquellas con otro tipo de enfermedades crónicas.
Por lo que el sector poblacional que posee una enfermedad crónica (diabetes, hipertensión, obesidad y sobrepeso) tiene un riesgo de hasta cinco veces de caer en depresión situación que a su vez aumenta la probabilidad de presentar enfermedades cardiovascuales “las personas que padecen síntomas de depresión tienen mayores probabilidades de presentar enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias, todas ellas condiciones crónicas responsables de más de 60% de las muertes en el mundo”( Word Federation for Mental Health. Mental health and chronic physical illnesses. The need for continued and integrated care. USA: World Federation for Mental Health, 2010).
¿Qué es la depresión?
Esta afección es el resultado de interacciones complejas dentro del entorno en el que nos desarrollamos los seres humanos, ¿esto que quiere decir?, que el ambiente social, psicológico y biológico son factores que al momento de verse dañados o afectados pueden desarrollar en nosotros una reacción biológica-química que desencadena una modificación conductual, mejor conocida como depresión.
¿Cómo se relacionan la enfermedad cardio y cerebro vascular con la depresión?
De acuerdo con la OMS “hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión y viceversa”.
En la investigación depresión y enfermedad cardiovascular publicada en julio de 2007 el doctor Carlos E. Romero detalla la relación existente entre el corazón se basa en la estrecha comunicación que tiene con el cerebro, pues cualquier cambio dentro del estado de animo genera una reacción y viceversa, lo que quiere decir que si se presenta un dolor en el corazón el cerebro recibe una señal que se podría convertir en depresión y un impacto emocional, que genera un sobre salto en el corazón también puede generar este padecimiento.
Por su parte Nicholson y colaboradores detectaron en un metaanálisis de los resultados de estudios realizados en población general en cuanto a la asociación entre el desarrollo de Evento Vascular Cerebral (ECV) y la depresión (llamados estudios etiológicos). Encontraron que en 21 estudios, incluyendo 124.509 personas, las que presentaron 4.016 (3,2%) Eventos Cardio Vasculares (infarto o muerte CV) a lo largo de un seguimiento promedio de 10,8 años, el riesgo relativo de los pacientes con depresión fue 1,81 (IC de 95% 1,53-2,15). Dicho de otra forma, los pacientes deprimidos tenían un riesgo 81% mayor que los no deprimidos de presentar un infarto de miocardio o de sufrir una muerte cardíaca. En el estudio noruego citado, los pacientes con depresión tuvieron un OR de 1,67 de muerte CV en un seguimiento medio de 4,4 años.
En el tema de la hipertensión arterial en el estudio CARDIA se encontró que “en 3.343 adultos jóvenes (23-35 años de edad) de población general, al cabo de cinco años los pacientes con depresión moderada tenían un riesgo mayor… y los pacientes con depresión severa aún mayor de desarrollar hipertensión arterial….”
¿Qué puedo hacer para no ser víctima de depresión?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) algunas formas de detectarlo a tiempo son:
-Hablar con un profesional sanitario local o con su medico de cabecera.
Realizar actividades que generen placer, a pesar de no tener ánimo (ejercicio, actividades recreativas, etc. )
-No estar en aislamiento, es decir, mantener el contacto y la sana convivencia con amigos y familiares.
-Hacer ejercicio con regularidad.
-Mantener hábitos regulares de alimentación y sueño.
-Evitar la ingesta de alcohol y drogas.
-Si comienza a tener pensamiento suicidad, pedir ayuda a alguien de inmediato.
-Tomar conciencia de los pensamientos negativos y autocríticos persistentes, intentar sustituirlos por pensamientos positivos, Felicítese por sus logros.
A continuación recolectamos una serie de folletos publicados por la OPS: